septiembre 29, 2009

Autarkeia o la posesión de sí.


A la deriva, como Proust, pero sin pensar nunca como él lo hiciera, pues no sólo andamos en busca de nosotros mismos sino en búsqueda de lo que no somos, del «tiempo perdido», de la «experiencia olvidada», deseamos, maquínicamente, desde nuestra inmediatez, la completitud de nuestra memoria. Una memoria humana sin precedentes, un recuerdo bestial de lo absoluto vuelto acontecimiento histórico: ésto es el fenómeno de la revolución, del «giro», de la cola del dragón dentro de su propia boca, hablando de sí perdido en él mismo. Leer a Nietzsche decir que «Dios ha muerto» es el eco de «nosotros somos Dios», que infinitamente (como especie), descomponemos la finitud en multiplicidades de mundos por habitar (como individuos). Tal espectro fenomenológico-histriónico, desmonta la imaginación, nos pone en escena orbitando gravitatoriamente entre burbujas y nos comportamos como partículas subatómicas indescernibles, curamos, terapeúticamente, el futuro. Somos ínmunes a la sensación de estar despiertos, nos cubrimos de animalidad y exhaustivamente revelamos la peculiaridad de un «alma» desanimada, paradójica en sí. Diserto sobre la libertad del «dasein», ya que en otros no hay nadie como «yo». Pero «yo» falso, «yo» indeseado, «yo» no imaginado por «mí». El exceso de formulismos metodológicos y la astucia de mis parábolas rebasan lo que se ha podido decir, por eso agoto la posibilidad de hablar de otro modo, de incluir en «mí» las partículas inextensas de la realidad. Hay en «mí» minimalismo en cuanto a que la realidad se expresa en numerales caóticos; lo complejo, lo entenderíamos, como sistema, como inacabado, como demasiado, demasiado cartesiano. La «ventana hacia adentro» es un ojo que se encarna en mí como al cíclope, y entonces digo: "al desmontar la imaginación el hombre se encuentra completo, es decir, como fractura de lo continuo real en el universo: sin ser, relacionado con el tiempo, inhumano, espacial, descuartizado. Yo, como hombre, sé que soy al perder mi mano." Lo irrepetible, encuentra lo filosófico de lo Real, el Desierto, desaparece, vuelto mundo. Un lugar completamente habitable. Desterritorializarme, inventarme a mí un deseo que es mucho más suficiente que lo que yo podría ser. En el texto se pierde la virtud, quien es sincero es podredumbre para lo Social. El «ello» siempre te olvida. «Zombie nómada en la cultura del ego.» El mundo se vuelve COSA cuando lo pensamos, el mundo no es al pensarlo. Su naturaleza, entrega al tiempo una dimensión de espacio irreconciliable, y desde la muerte, nos aparece extraño, tan propio, sin embargo, ilógico, demasiado matemático o paranoico. Pero, «yo» hombre, inventor de la ciencia, ¿cómo puedo no entender? Me acuerdo que cuando niño no me importaba nada, ahora, sólo me importa mundear. El «anteojo espía» nos ha mostrado la extensión inconmensurable del cosmos, pero sólo nos permite acercar la gran distancia, nunca recorrerla o explorarla. La humanidad se ha perdido pues en sentido de especie, su «razón» es obsoleta.

septiembre 28, 2009

#9. (descuartizar)




Era parte de ti. (Tus ideas). Me olvidaste. (Ya no piensas). Me llamo tu brazo perdido, tu lengua muda, tus ojos ciegos. Aún completo tu ser, pero ya no soy. (Éras).

#8. Eterno Retorno



Y permanecí, a pesar de todo, ahí estaba.
Ningún dolor me puede hacer olvidar el mundo.
Aquí estoy.
Estaré.

... estuvimos.

El talento del «último hombre».

No es que esté leyendo demasiado a Nietzsche, es que así soy... inactual, intempestivo. ¿En qué mundo me podría organizar? En cualquiera, pero de vuestra imaginación; y nadie nunca podrá imaginar como vosotros. Yo me pregunto por lo Real, por eso que "responde" a lo que «yo» dejo de ser. El eco... el eco se expande, en el resuena la superación de lo humano. Esta condición tan triste, es un olvido, nada más. Quisiera acercar mi abrazo al humano que encuentro mojado bajo la lluvia pero mi corazón ya me ha arrebatado el gesto de caridad. Ahora soy quien suplica sin mirar a los ojos de nadie y se pone de pie en la montaña esperando el rayo que me aterrorice lo suficiente como para huir de mi humana condición. Salgo a la calle con la cabeza abajo, ando, al parecer, "sin ánimo", pero no es pena o vergüenza por lo que no se me mira alegre. Es la catástrofe humanitaria, he recordado porque hay que disolver todo humanismo. Me detengo ante la lluvia, no porque deseo la humedad sino porque me pierdo en lo natural. Lo natural nos rebasa, deberíamos superarnos así como lo hace el árbol, así como lo hace el viento. Nos quedamos ensordecidos, dañados en la piel y el alma, sin respuesta, totalmente humanos, reclamamos aquello por lo que ni tenemos derecho. No sabemos ser lo que somos, existimos nada más. Y la Tierra permanece sin sentido, ¡bienvenida al explorador! Dios muerto te espera.

septiembre 12, 2009

El uso de la fuerza

Me lloví de la nube. Al abrir los ojos, un animal con sus fauces tiraba de los cuernos de otro. El animal con los cuernos, enfurecido, rabiaba hacia atrás, empujando los colmillos adentro. Era aburrido esperar al vencedor, la gloria se había borrado como sombra por la luz de la fuerza. Los animales rugían esplendorosos. Naturales, como poca cosa que escuchamos hoy. Me daba miedo la simpatía del pueblo por el espectáculo. Me recogí de piernas y olvidé pensar. No lo haría. El sol nunca se moriría. Y ahora pienso, si será posible pensar sin cuerpo. Repetía las palabras, que se arrebataban ocultas en el espacio secreto y automático de mi lengua. Inhumano, demasiado inhumano. Volví a caminar. Un mirador cubierto de cenizas abría su tiempo, esperaba la camisa de fuerza mientras contemplaba los ojos de quien me clavaba a la cruz. Me arranqué una mano, no me iba a morir. Hay tanta fuerza en la naturaleza de la vida que se prefiere el espacio definido ante la eternidad, pues los ateísmos se disuelven en sincronía con las melodías radiales y el velcro impuesto por la videofanía existencial. El cuerpo aún espera su cirugía, el cuerpo aún yace muerto, mientras Dios es testigo de su verbo vuelto inmundicia social. Dios tiene sífilis y ceguera neuronal. No está muerto, agoniza en dulce liturgia, paralizado. Ascético, espera el fin de la humanidad. El tiempo envolverá nuestros tejidos y nos llevará con él hacia el eterno futuro indefinido, lo único Absoluto, el principio de incertidumbre que tras el silencio aguarda reptando para combatir las acrobacias del cielo. Águila unida a serpiente, lucha compuesta de espejos, quien muera descansará sobre espinas. El viento salvó las heridas angustiando la piel hasta su exasperación, apareció el esqueleto. Inhumano, demasiado inhumano. Que de las ruinas se nos haga un monumento; el momento es demasiado largo, cada segundo se pierde al instante, tras segundo. Vamos corriendo hacia el fin, alcanzando los segundos perdidos. Pensamos al revés, no sabemos en que Tierra están los pies.

septiembre 07, 2009

I'M A FAN (los ventiladores)

"The uniform, constant and uninterrupted effort of every man to better his condition, the principle from which public and national, as well as private opulence is originally derived, is frequently powerful enough to maintain the natural progress of things toward improvement, in spite both of the extravagance of government, and of the greatest errors of administration. Like the unknown principle of animal life, it frequently restores health and vigour to the constitution, in spite, not only of the disease, but of the absurd prescriptions of the doctor."

Leía de Adam Smith en The Wealth of Nations, Book II, Chapter III;

... y comenzó mi sueño.

Un joven atractivo y talentoso tiene la fuerza vital para dominar el mundo. El se serviría de autoridad sólo por la sinceridad o pereza de las adulaciones recibidas y la soberanía se extinguiría sobre su imagen sofocando todo fuego revolucionario. Quienes se abstienen, están incapacitados para observar su poder. Porque la tierra carecería de fronteras; habría dos territorios, la casa del Emperador y el afuera. Porque volveríamos a la época de los héroes interpretados en el estrado por los actores. Una ilusión de gas pimienta, una fantasía de acoso, una violación erotizada. Me desperté sin dejar de soñar. Terminó mi sueño. Los primeros días de filmación han sido agotadores. El cine ahora no se produce sobre actos creativos, catárticos y liberadores. El cine ahora reproduce mecanismos de represión que se hunden bajo la superficie de las caricias tecnológicas. Un efecto especial me dio una cicatriz enfermiza, una huella de un terrible pasado. Victimizado virtualmente, martirio simulado. La estampa de mi cara en el espectacular de un boulevard. Mi conciencia vuelta desperdicio de tiempo, soy perecedero como los chicharos enlatados. Me han propuesto hacer un comercial de un perfume que yo nunca usaría y ahora tengo que responder si estoy dispuesto a firmar el contrato. No respondo, le sonrio cínicamente. «I'll never smell like teen spirit... again.» Me voy. Es cualquier otro día de negocios: aceptar o rechazar ofertas. El capitalismo me ha abierto sus puertas... las capitalistas sus piernas. No he hecho el amor con ninguna comunista o socialista, dicen que son sucias (de mente). Mi Porsche ya no huele a nuevo, compraré un Ferrari, o dos. En la portada de People de hoy conocí a mi próximo gran amor y tengo ganas de comer some tacows, come to comer y Taco Bell a la vuelta de la esquina. Dejar Nicaragua es lo mejor que me ha pasado, ya ni siquiera me reconozco. Nadie de mi pasado me reconoce, ahora TODOELMUNDO me reconoce. Y no he hecho nada grande aún, de facto, quizá jamás lo haré. So I can dream some more, while i'm float slippery into the stairway to heaven. Al-fin-de-cuentas (expresión de la cual no aprendí del todo su función hasta que estuve en México), ¿cómo podría saber sobre mis "orígenes" si para consultar mi historia tengo que recurrir a las crónicas coloniales elaboradas por los europeos? My way or the european highWay? Hoy por fin justificaré la gracia de no haber terminado la High School, porque nadie sabe más que yo de James Dean, Marlon Brando, Clint Eastwood y Sean Connery.


I'm a fan
.



septiembre 06, 2009

Hosanna





































El cuerpo de Cristo tembló y sentí que se me morían las rodillas, trataba de alcanzar la ventana, no podía saltar, me quedaba respirando en ese lugar. Lo que es sobrevivir. Cómo es que la vida pesa. Estaba contemplando las nubes cuando un rayo dejó sin luz la calle que me esperaba. Nadie, nadie en la calle me esperaba. Nada más que la oscuridad. La calle se cerró, se llenó de gatos con ojos brillantes. Eclipses rojos por cualquier lado. Caminé, en línea recta. Caminé. Las suelas de mis zapatos me reclamaban, las calcetas se destejían, mis pies ya no cabían en ningún lugar. Las líneas del piso se cerraban, se quebraban. No podía seguir avanzando, el piso ya no existía, desapareció. Se esfumó. No puedo caminar. La rodilla le dijo a mi brazo que se moviera, mi mano dio justo en el rostro de un señor. La pena me comía por dentro. Me quedé callado. El me golpeó, con la otra mano, la mía. Me abofeteó mi mano, me dí, me encontré. Estaba paralizado. Encontré una respuesta pero había olvidado la pregunta. No recuerdo la última vez que estuve en un templo, estoy seguro de que no me arrodillé.

Rechazo lo trascendente.



"Mi tiempo aún no ha llegado,

algunos nacemos póstumamente."

Nietzsche

septiembre 01, 2009

Proverbios infinitos

El problema con las letras es que las conozco, cuando se mueven, miro, (si, ¡miro!) el significado. Entonces tantas cosas he de decir que la poesía ya me devolvió el silencio y cuantas historias que contar, pero no tengo tiempo. 1 y 2, se acabó. Se me ocurrió el autorretrato de Bacon, las mañanas sin fin con café a la vuelta de la esquina... en la cocina. Ya no soy más el hijo de mi Padre, de mi Virgen Madre, ni de mí, espíritu absoluto. Me revuelco en la cama de las sensaciones, soy el pensamiento. Ecce homo.

Cuantas veces lo he podido cantar y nunca lo he hecho...